Si tienes un local de cara al público y estás en una gran ciudad, tener wifi abierto es una de las maneras de atraer clientes, sobre todo si son turistas. La masificación de dispositivos móviles y la necesidad de mantener al día los canales sociales o simplmenete conectarse con Skype genera una necesidad de conexión que los clientes en movimiento buscan, a veces con desespero.
Smartphones, ipads y portátiles son los principales dispositivos que necesitan conectividad dondequiera que se encuentren. En Estados Unidos la mayoría de comercios lo tiene claro y dan wifi gratis a quienes se encuentran en su tienda. Consiguen atraer así a aquellos que van a consumir y a los que simplemente buscan conectividad para llamar a casa vía Skype. Los que no lo tienen claro todavía mantienen sus redes inalámbricas cerradas o facilitan passwords a sus usuarios.
En el mundo conectado de hoy, donde se puntúa y recomienda, donde la geolocalización es una propiedad creciente de aplicaciones, abrir las wifis tiene un sentido comercial. La cadena Starbucks en Estados Unidos ya ha abierto sus wifis de forma corporativa. En España, todavía van con passwords y los bares ni siquiera se lo han planteado. Vamos con retraso.
En un mundo hiperconectado, facilitar el acceso gratis a la banda ancha puede significar un porcentaje no menor de ingresos derivados de la proximidad al hot-spot.